miércoles, 15 de febrero de 2012

Esquimales en Tokio

Dicen que en el Polo Norte a veces hace tanto frío que el aliento se congela y lo oyes hacerse trizas en el suelo.

Me encanta el frío. La sensación tirante en la piel, el olor a humedad, la niebla. Me gusta cuando hay niebla y tienes que acercarte mucho para ver las cosas; puedes pensar que estás solo en una calle llena de gente que camina apurada con las manos en los bolsillos y la cabeza agachada. La niebla es como un folio en blanco, y tú ves lo que quieres ver, lo que quieras ir descubriendo. Cuando hay niebla, puedes vivir en Nueva York o en Tokio, en la Edad Media o en donde te apetezca. Me gustaría que siempre hubiese niebla alrededor de los rostros de la gente y no de sus intenciones.

Mucha gente tiene niebla dentro y cuando de repente un día se disipa, ves con claridad y descubres hasta lo que no querías; no hace falta ir al Polo Norte para ver como se hace trizas un aliento. 

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